miércoles, 7 de agosto de 2013

POWERPLAY: The Game of the Gods (C64)

¡Hola amigos! Ya estamos aquí para traeros una nueva review, que estamos seguros de que la estabais esperando.
De nuevo se trata de un juego de Commodore 64 y el donante un habitual de la página, JAM. Muchas gracias, como siempre.


Podemos decir que nos ha llegado otro juego como recién comprado, pues está en perfectísimo estado.
Sobre la portada sólo podemos decir que sin ser nada del otro mundo, tiene un encanto especial porque se ve que está pintada a mano con lápices de colores y acuarelas.






Una deconocida Aracana Software desarrolla este peculiar juego de Estrategia/preguntas, que saldría para varios ordenadores de la época allá por 1986. De la distribución se ocupó MCM software.





Este juego nos recuerda bastante a Furia de Titanes. Nos referimos a la película clásica; ¿la habéis visto? Si es así, quizás os acordéis de aquella especie de maqueta que Zeus tenía y con la que decidía los destinos de los hombres. Y eso es en definitiva lo que se intenta representar en este juego.





Powerplay es una especie de curiosa mezcla entre ajedrez y Trivial Pursuit. Pueden participar de dos a cuatro jugadores (en el último caso, dos de ellos lo harán con joystick y los otros dos con sendos grupos de teclas), cada uno comenzando en una esquina del tablero con su "equipo" de personajes mitológicos, compuesto inicialmente por tres Hércules y un Cíclope.


Y decimos inicialmente, porque a lo largo de las partidas, los héroes y monstruos ganarán o perderán poder y mutarán en formas distintas. En total, hay cuatro, que son, de menos a más fuertes, las siguientes:


- Hércules: En la mitología era un tipo fortísimo, pero aquí no tiene ni media guantada -por no decir otra cosa-. Como es la pieza de menos rango, si pierde poder, desaparecerá del tablero.

- Cíclope: ya sabéis... los gigantes de un solo ojo. No se puede decir que los de este juego den mucho miedo, precisamente. ¿Quién no recuerda a Polifemo?

- Minotauro: Un guerrero muy poderoso que fue maldecido por los dioses.

- Sátiro: Llama la atención que el criterio que parece seguirse en el juego para determinar el poder de una pieza, sea su fuerza física y cuando llegas a la más potente, te encuentras con este bichejo nefasto de patas de cabra y bastante mala idea, que no recuerdo que en ninguna leyenda se caracterizara por sus músculos. Aunque bien pensado igual es al revés.








El objetivo final, por supuesto, es eliminar las piezas de tus oponentes. Esto se consigue degradándolas, o sea, logrando que caigan de categoría hasta que pasen de Hércules a la nada. Y eso no lo haremos a golpes, ¡sino a preguntas!
Para mover una pieza por el tablero, hemos de posicionarla en una de las casillas que lo componen (siempre de una en una). Las hay de cinco tipos:

- Verdes: preguntas de ciencia y tecnología.
- Rojo: deportes y ocio.
- Azul: conocimiento general.
- Amarillo: historia y geografía.
- Celestes: son en realidad teletransportadores. Cuando situemos una de nuestras piezas en una de estas casillas, podremos hacer que se materialice en cualquiera de las otras tres del mismo color.





Si una pieza contesta correctamente suficientes preguntas, el programa nos ofrecerá la posibilidad de mutarla. Si la aceptamos, se convertirá en la siguiente criatura en el escalafón. Si no, permanecerá en su forma actual, aunque será la más fuerte de su rango. ¿Y en qué influye esa fortaleza? Pues en la dificultad de las preguntas, que irá in crescendo. Si fallamos demasiadas, se dará el proceso contrario, es decir, la pieza caerá un nivel de poder (aunque ningún Hércules puede desaparecer del tablero por contestar incorrectamente a muchas preguntas).
Para responder una pregunta hay un tiempo límite que varía en función de la dificultad elegida al principio de la partida. En el nivel más fácil, dispondremos de 10 segundos y, en el más complicado, sólo 2'5.





Aunque quizás lo más interesante del juego sean los desafíos entre piezas. Es el movimiento que un jugador hace para eliminar a una pieza de un rival. Pero el éxito no es inmediato, sino que deben enfrentarse ambos contendientes a una pregunta. Es como en esos concursos en los que los participantes tienen que apretar un pulsador, lucecita o similar, rápidamente, antes que los demás, para contestar la pregunta.

 El que responda antes y correctamente, vencerá y hará que el rival caiga un nivel de poder (o desaparezca si era un Hércules). Claro, que si uno se precipita y contesta pronto, pero incorrectamente, será su pieza la que se degrade. ¿Y qué sucede si el tiempo límite expira sin que ninguno de los dos contrincantes responda nada? Pues que el retador, o sea, la pieza que inició el desafío, moviéndose hacia la casilla del rival, será la que pierda un nivel.

Graficos: El fondo es divertido y colorista, pero sólo hay una pantalla. Las piezas son bastante simplonas y ni siquiera están animadas. Pasan de una casilla a otra saltando y las mutaciones se representan haciendo girar sobre si mismo a un personaje cada vez más rápidamente, hasta que emerge con su nueva forma. Por lo que los calificamos de muy flojitos.

 Sonido:La música de presentación es una versión más bien poco afortunada de The Halls of the Mountain King (¡y la cantidad de veces que ha aparecido en los videojuegos ese tema!) y aparte de un par de tonadillas, poca cosa más. Los efectos de sonido son escasos, pero están a un nivel algo más alto.

Jugabilidad: Con dos jugadores puede resultar muy, muy entretenido. Con más quizás sea un jaleo (especialmente, por el barullo de manos sobre el teclado que se debe de formar). Hay preguntas más que de sobra, lo que asegura diversión para rato a los seguidores de los juegos de preguntas.


Curiosidades:
-En España tuvimos el honor de tener una versión traducida. De hecho en español está la de nuestro museo.





-Un poco de publicidad de la época.





Y eso es todo por hoy. Muchas gracias a JAM

Si queréis donar alguna consola, ordenador clásico, videojuegos o relacionados. Enviad un correo a donatuconsola@gmail.com y ya os comentamos como hacerlo.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario